Al menos, la mitad del mundo carece de acceso a servicios de salud esenciales, y aproximadamente 100 millones de personas están al borde de la pobreza extrema debido a los gastos en salud, informan el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud.
Encontrar atención de calidad y asequible es particularmente desafiante para los pobres en los países en desarrollo, en particular, para los que viven en comunidades extremadamente distantes. A falta de instalaciones médicas cercanas, transporte o fondos para costear atención profesional, estos hermanos y hermanas pueden padecer de enfermedades y lesiones dolorosas por años sin recibir ayuda. En tales circunstancias, es fácil sentirse solo y abandonado, como si el resto del mundo fuera ajeno a su sufrimiento.
¡Es por eso que apoyar a las misiones médicas católicas resulta de suma importancia! En todo el mundo, las diócesis, los sacerdotes, las hermanas religiosas y los laicos han dedicado su vida para llegar a los enfermos y a los pobres con asistencia médica muy necesaria.
En 2022, nuestros donantes tomaron cartas en el asunto para apoyar su trabajo que salva vidas. De este modo, ellos han compartido la misericordia de Cristo en países como Haití y otros por todo el mundo.
Durante muchos años, las personas del departamento de Grand’Anse en Haití no tenían acceso a educación sobre el cáncer de seno (mama), a exámenes de detección, a biopsias o a ayuda, pero esa situación trágica finalmente cambió cuando la Asociación para la Salud y el Desarrollo de Grand’Anse (GAHDA) inició su programa de salud para la mujer en la Diócesis de Jeremie. Esta intensificó sus esfuerzos para ofrecer educación sobre el cáncer de mama que salva vidas y atender a la región que tan desesperadamente la necesitaba. A fin de difundir el mensaje y reforzar su impacto, el personal y los voluntarios dedicados de la organización sin fines de lucro empezaron a reunirse con los directores parroquiales para organizar seminarios informativos y clínicas móviles, lo cual ha ayudado a crear conciencia, derribar conceptos erróneos, detectar signos tempranos de cáncer y brindar cuidado compasivo a miles de pacientes vulnerables.
Haití ha enfrentado enormes dificultades en los últimos años. El desabastecimiento de combustible y la actividad de pandillas han hecho que resulte especialmente difícil viajar por el país y, aun así, nuestro aliado ha perseverado a pesar de los desafíos. Su personal ha continuado capacitando y equipando a los médicos, enfermeras y voluntarios parroquiales locales para que eduquen a las mujeres de las comunidades alejadas en materia de prevención, autoexploración y reconocimiento de síntomas del cáncer de mama. Este año, están trabajando para llegar a un total de 10,000 personas con acceso a información esencial y opciones de atención.
GAHDA sabe que madres fuertes y saludables contribuyen a familias fuertes y saludables. Al proporcionarle a las mujeres de Haití apoyo fundamental, su trabajo bendice familias enteras y construye un futuro mejor para la nación.
Irene sabía que estaba enferma, pero con el centro de tratamiento más cercano ubicado a casi 100 millas de distancia en Puerto Príncipe, no había nada que pudiera hacer. El viaje y los gastos médicos ya eran demasiado caros para que su familia los pudiera costear, y cuando el terremoto de 2021 destruyó su hogar, incluso garantizar un refugio básico y alimentos se convirtió en una batalla. Buscar atención médica a largo plazo estaba fuera de discusión, y la desesperación estaba empezando a manifestarse.
Pero la esperanza surgió cuando GAHDA se reunió con el padre Bazile, el sacerdote de la parroquia de Irene. Él avisó a nuestro aliado sobre las condiciones de Irene y recibió toldos, cobijas, cajas con alimentos y medicinas para entregarle a su familia.
Lo mejor de todo, con la ayuda de nuestros colaboradores, ¡GAHDA pudo cubrir los gastos del viaje de Irene, así como las pruebas y la quimioterapia! Sin esta intervención, el cáncer de mama de Irene habría empeorado indefinidamente, pero hoy en día, ella está camino hacia su recuperación. El viaje no ha sido fácil, pero esta mujer valiente permanece optimista y agradecida porque sabe que no lucha sola. Cristo y sus hermanos católicos están de su lado; ¡orando, proveyendo y animándola a la victoria!
GAHDA también apoya al pueblo de Haití de otras formas significativas. Por ejemplo, con la ayuda de medicamentos y suministros enviados por Cross Catholic Outreach, GAHDA ha equipado a las clínicas médicas móviles para que atiendan a las familias necesitadas. Con estos suministros, los doctores y las enfermeras han atendido a comunidades muy distantes que, de otro modo, no hubieran tenido acceso a atención. En ocasiones, han viajado por cinco horas para llegar a los poblados remotos para entregar la ayuda.
En Enot, Haití, Volcy Myslat se ha beneficiado de estas clínicas médicas móviles. El año pasado, ella recibió tratamiento gratuito para el dolor de cabeza y el dolor estomacal, un servicio que le hubiera costado alrededor de 1,500 gourdes haitianos (USD 10.30) en el hospital más cercano. Myslat es una agricultora de subsistencia que solo cultiva suficientes plátanos y ñame para alimentarse dos veces al día. Volcy no dispone de recursos adicionales para cubrir los gastos en salud y hubiera necesitado pedir dinero prestado para su tratamiento si la clínica móvil no hubiera llegado.
Ahora, gracias a la atención gratuita que recibió, ella puede ser la mejor y más saludable versión de sí misma mientras cría a su hijo pequeño.
“Para mí es muy importante… recibo tratamiento gratuito. Les agradezco mucho por eso”, expresó Myslat. “Le pido a Dios que me proteja, que me permita ver y educar a mi hijo”.
Zefirino Tangier también fue bendecido por los servicios de la clínica en Enot. Él trabaja arduamente como granjero y jardinero, mientras también intenta hacer funcionar un pequeño negocio comprando y vendiendo productos. A pesar de sus esfuerzos, algunas veces, él solo puede comer una pequeña porción de Tomtom (Un platillo tradicional haitiano hecho de fruta de pan majada) todos los días.
“Vine [a la clínica] porque tengo dolor de huesos. Algunas veces, me mareo tanto que tengo que agarrarme [a algo] un par de veces para no caerme”, compartió Zefirino.
Si no fuera por la clínica ambulatoria, Tangier hubiera tenido que vadear el río en su estado de salud para llegar al hospital en Chambellan. Además, hubiera tenido que pagar entre 2,000 y 2,500 gourdes (alrededor de 14 – 17 USD), una tarifa demasiado excesiva para alguien que ni si quiera puede comprar suficientes alimentos para comer. Aunque, gracias a los servicios de la clínica, él pudo recibir tratamiento sin sumirse más en la pobreza.
“¡Cuando vine ellos me dieron medicamentos, me examinaron, me remitieron, etc., de manera gratuita!”, festejó Tangier. “¡Sin dinero! ¡Así es como ellos me atendieron hoy!”.
Fremot Jean Kenol es un doctor haitiano que ha servido como voluntario en las clínicas médicas móviles. Él ha sido testigo de primera mano de la mejora increíble que han tenido estos servicios en la vida de los pacientes.
“La persona vino con dolor y no podía soportarlo, luego en la siguiente consulta clínica, esta persona ya no tenía dolor y estaba contenta, incluso les dio las gracias porque las personas en la comunidad están muy agradecidas. Ellos no pueden darle dinero o millones, sin embargo, dicen “gracias”. Ellos recuerdan lo que usted hizo por ellos, así que eso nos motiva a ir aún más lejos”, explicó Kenol. “Estamos felices y conmovidos porque las personas se recuperan y encuentran la atención que necesitan”.
Cross Catholic Outreach actualmente trabaja para financiar programas relacionados con la salud en 17 países, ¡y calculamos que casi 200,000 vidas serán bendecidas por estos proyectos misericordiosos! He aquí unos cuantos socios ministeriales más que estamos apoyando este año:
Gracias a nuestros benefactores, podemos proveer a los aliados como estos con un importante financiamiento, así como con envíos necesarios de medicamentos, insumos y equipamientos médicos para que puedan ser de utilidad a algunas de las comunidades más necesitadas del mundo. Con todo el esfuerzo, ellos les garantizan a los pacientes luchadores que Dios valora sus vidas y desea atender sus necesidades a través de su Iglesia.
“Las necesidades son grandes e interminables”, dijo Bette Gebrian, directora ejecutiva de GAHDA y enfermera titulada. “Pero [las personas] no se han rendido. No han perdido la esperanza y tienen una enorme fe, la cual es respaldada por Cross Catholic Outreach”.
Gracias a todos los que actuaron para compartir la sanación con un mundo sumido en la necesidad. Más y más personas están avanzando con salud, fortaleza, fe y la esperanza de vida abundante debido al amor que usted ha demostrado.
Las donaciones a esta campaña serán utilizadas para cubrir los gastos del fondo de financiamiento general incurridos hasta el 30 de junio de 2023 cuando cierra el año fiscal de nuestro ministerio. Si se diera el caso de que se recauden fondos por encima del nivel necesario, el excedente de fondos será utilizado para financiar los gastos más urgentes del ministerio.
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