Desde el inicio de la pandemia del COVID-19 en 2020, el número de personas hambrientas en el mundo se ha incrementado en 150 millones, y los acontecimientos mundiales recientes están complicando aún más que los pobres se aseguren una nutrición adecuada (Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud). La guerra en curso en Ucrania, por ejemplo, ha provocado inestabilidad en el sector agrícola, dificultándoles aún más a las familias pobres de los países en desarrollo tener acceso y comprar los alimentos que necesitan.
En momentos como estos, el mundo necesita la luz de la Iglesia más que nunca, ¡y la generosidad compasiva de los católicos estadounidenses es ayudar a iluminar ese faro de esperanza en donde más se necesita!
A principios de este año, nuestros donantes dieron generosamente para enviar comidas nutritivas a las naciones en desarrollo y para apoyar a los programas de alimentación. Esta profunda demostración de misericordia ha ayudado a garantizar que miles de niños, madres embarazadas, personas de la tercera edad, y demás poblaciones vulnerables no pasen hambre.
¡Se han llenado platos y corazones, y muchas almas preciosas están orando a Dios por comidas abundantes!
Haití ha sido uno de los países bendecidos por nuestros donantes. Ahí, la tasa de hambre y la amenaza de desnutrición han crecido, particularmente, de manera alarmante en los últimos meses, por lo que los esfuerzos de lucha contra el hambre se han vuelto aún más imperativos.
De hecho, las Naciones Unidas informaron recientemente que los niveles de hambre en Haití han alcanzado un nivel “catastrófico”, con un nuevo récord de 4.7 millones de haitianos (casi la mitad de la población) sin lo suficiente para comer. La actividad de pandillas, los bloqueos de carreteras y el desabastecimiento de combustible han impuesto una carga increíble en los servicios de infraestructura y transporte por todo el país, haciendo que, para las familias, sea extremadamente difícil llegar a los mercados de alimentos y tener acceso a los suministros que necesitan.
Estas personas necesitan un sustento vital, y eso es exactamente lo que nuestros programas de alimentos proporcionan. Puesto que los católicos norteamericanos donaron de manera generosa, los aliados como la Fundación Haitiana para el Desarrollo de Recursos (HRDF) se están equipando para compartir comidas nutritivas con los más necesitados. En los meses posteriores al lanzamiento de esta campaña, pudimos preparar y enviar un contenedor de 40 pies cargado de paquetes de comida Vitafood para que la HRDF los distribuyera en Haití. Dicha asistencia, por sí sola, ¡ha garantizado la disponibilidad de 272,160 raciones de comida nutritiva para los programas de alimentación escolar, clínicas medicas móviles y demás asistencia indispensable para la subsistencia con el apoyo de nuestro aliado ministerial!
Las comidas Vitafood están especialmente formuladas para fortalecer y revitalizar los cuerpos desnutridos. Cada paquete de comida contiene:
Gracias a las comidas que hemos enviado, HRDF podrá continuar su labor vital, entregando paquetes de comida Vitafood que representan una bendición para familias como la familia Thermidor.
Yves y Mericile tienen tres hijos adultos y otros tres hijos menores de 8 años. Con una tasa de desempleo en casi 41% en Haití, encontrar un trabajo estable se ha convertido en un serio desafío, en particular, en los pequeños poblados rurales como el suyo. La familia ha luchado para ganarse la vida a duras penas mediante la agricultura de subsistencia, cultivando apenas lo suficiente para sobrevivir.
Antes de recibir ayuda de HRDF, normalmente ellos solo tenían alimentos suficientes para una sola vez; algunos días, no comían nada del todo.
¡Gracias a Dios, personas como usted se ofrecieron para proporcionarles alimentos nutritivos! Con este apoyo, los Thermidor recibían una caja de comidas Vitafood (aproximadamente 216 comidas) cada dos semanas, suficiente para que toda la familia comiera dos comidas al día. Ellos incluso podían sazonar los paquetes de comida con hierbas y condimentos locales para satisfacer su propio gusto.
Con una carga aligerada, muchas familias como esta finalmente pueden dar un gran suspiro de alivio. Los niños están creciendo más fuertes, y los adultos sienten mayor libertad para atender otras necesidades. ¡Hoy en día, raciones enteras de alimentos están ayudándoles a luchar por un mejor futuro!
Actualmente, estamos trabajando para apoyar a programas de alimentación en un total de 19 países en desarrollo. En Zambia, por ejemplo, el financiamiento que otorgamos le permite a la Escuela Dagama para Niños con Discapacidad Física comprar ingredientes locales y proporcionar comidas nutritivas a 170 estudiantes como Edias Kaira, de 7 años de edad, quien nació en una familia muy pobre. Desde temprana edad, ella tenía paralizado el lado derecho del cuerpo, lo que le afectó la movilidad del brazo derecho y provocó que su pierna derecha creciera más pequeña que la izquierda. Lamentablemente, sus padres no podían costear ningún tipo de asistencia médica o terapia física, así que, con el tiempo, este desequilibrio le curvó la columna vertebral y le dislocó la cadera. El dolor que Edias soportaba día tras día era desgarrador, pero sus padres no encontraban la manera de ayudarle a su hija sin apoyo externo.
Sin embargo, gracias a la generosidad de nuestros colaboradores en los Estados Unidos, ¡las Hermanas Franciscanas Misioneras de Asís fueron empoderadas para aliviar el dolor de Edias y ofrecerle a ella y a su familia un camino hacia un mejor futuro!
En la escuela Dagama, las amorosas hermanas le han proporcionado a Edias alimentos nutritivos todos los días, logrando revitalizarla mientras asiste a clases. A Edias también se le proporcionó una plantilla elevadora especial para ayudarla a equilibrar sus piernas, y el fisioterapeuta de la escuela le ha ayudado a adaptarse a esta. Puesto que nuestros donantes compasivos ayudan a apoyar el programa de alimentación de la escuela, la vida de Edias ha cambiado radicalmente. Ahora, ella se beneficia de las comidas abundantes regulares, así como de una educación de calidad y formación en la fe católica. Además, ella está caminando sin sufrir dolor extremo por primera vez en su vida.
En Zambia, Haití y en los países en desarrollo en todo el mundo, ¡la fortaleza y la esperanza están aumentando con la ayuda de comidas nutritivas!
En Juan 10:10, Jesús dice: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud”, inspirados por esas palabras, creemos que Dios no solo quiere que sus niños sobrevivan; sino que prosperen, y la Iglesia desempeña un rol esencial en ese compromiso.
Cuando los católicos de los Estados Unidos aportaron sus donaciones para abordar las necesidades urgentes relacionadas con el hambre, ellos ayudaron a las familias a recuperar su salud y la esperanza para el futuro. ¡Ellos garantizaron que los niños y las familias pudieran superar los síntomas dolorosos de la desnutrición, y finalmente vivir la vida feliz y abundante que describe nuestro Señor!
Nuestro equipo en Cross Catholic Outreach está muy agradecido con todos los que hicieron posible esta misión. ¡Al poner su fe en acción y ofrecerse para combatir el hambre mundial, ellos han nutrido a muchos cuerpos y almas en su nombre!
Las donaciones a esta campaña serán utilizadas para cubrir los gastos del fondo de financiamiento general incurridos hasta el 30 de junio de 2024 cuando cierra el año fiscal de nuestro ministerio. Si se diera el caso de que se recauden fondos por encima del nivel necesario, el excedente de fondos será utilizado para financiar los gastos más urgentes del ministerio.
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