El agua potable salva vidas y abre senderos hacia un futuro mejor al reducir las enfermedades, aliviar la carga de las mujeres y de los niños, y al ayudar a que los agricultores aumenten el rendimiento de sus cultivos. Estas mejoras también ayudan a que las familias sientan a Cristo como nuestra fuente de agua viva, una invitación que él ofrece a todo el que tiene sed.
Si todos tuvieran acceso a agua potable, saneamiento y servicios básicos de higiene, el impacto global de los problemas de salud se reduciría en 10%. Sin embargo, en este preciso momento, dos billones de personas carecen de acceso a agua potable segura en sus hogares.
Los donantes de Cross Catholic Outreach respondieron de manera generosa a esta crisis global en el año fiscal 2022, casi cuadruplicando el número de personas que el ministerio bendijo con agua que salva vidas durante el año fiscal anterior. Los proyectos incluyeron perforación de pozos profundos de agua en Kenia, construcción de un sistema comunitario de agua potable alimentado con energía solar en Guatemala y suministro de pozos equipados con bomba de mano en Ghana y en Malaui.