Cada vez que sobreviene un desastre, se nos llama a extender nuestras manos y abordar las necesidades urgentes de los más pobres y vulnerables. Tu apoyo ha empoderado a Cross Catholic Outreach a movilizar su red de colegas ministeriales en los sitios de desastre — para suplir las necesidades inmediatas y los esfuerzos de recuperación a largo plazo.
En el 2020, el mundo fue duramente golpeado por la pandemia de Covid-19 — desatando una crisis global de hambre que propulsó al mundo a la inseguridad alimenticia. Tú respondiste de manera rápida y misericordiosa, ayudando a Cross Catholic Outreach a proveer no solo equipos de protección personal a quienes trabajan en el área de la salud, sino también alimentos y otros insumos y equipos médicos en lugares como Guatemala, Nicaragua y la República Dominicana.
Cross Catholic Outreach también respondió a una temporada de huracanes sin precedentes en el Atlántico, en la que hubo 30 tormentas con nombre que dejaron a su paso una estela de destrucción de $47.000 millones de dólares. Cuando los huracanes Laura y Sally azotaron las costas del Golfo de México, tú nos ayudaste a brindar auxilio a las familias afectadas con más de $1 millón de dólares en ayudas materiales, incluidos artículos de higiene y cuidado personal, suministros de limpieza y otros. Y en Centroamérica pudimos responder rápidamente, dirigiendo alimentos y otros insumos en respuesta a los grandes daños causados por los fuertes huracanes Eta y Iota, que tocaron tierra en las mismas costas con tan solo dos semanas de diferencia.