Santiago 1:27 dice: “La religión verdadera y perfecta ante Dios, nuestro Padre, consiste en esto: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus necesidades”. En los países en desarrollo, los orfanatos, las escuelas, los internados y los centros de nutrición católicos están comprometidos con cumplir con esta forma de adoración pura y agradable a Dios — que es satisfacer las necesidades de los huérfanos y otros niños vulnerables.
Sin alguien que se preocupe por ellos, estos pequeñines tendrían que valerse por sí mismos. Pero con el apoyo compasivo de la Iglesia Católica, los niños pueden recibir comidas nutritivas, un lugar seguro donde dormir y una educación que les abrirá puertas en el futuro. Igualmente, tienen acceso a ayuda psicológica y formación espiritual, la cual puede liberarlos del sufrimiento y transformar su futuro.
En el 2021, su generosidad ayudó a nuestro ministerio a otorgar subvenciones a 31 proyectos para fortalecer a la niñez vulnerable en 9 países. El alcance de nuestros benefactores llegó a muchas partes del mundo, atendiendo a niños en África, Asia, Latinoamérica y el Caribe. Por ejemplo, su apoyo permitió al Hogar Creamos rescatar a huérfanos y niños de la calle, en Bolivia. También empoderó al Hogar San Vicente de Paúl para proveer alimentos y atención médica a huérfanos y a bebés abandonados en Quito, Ecuador.